viernes, 9 de octubre de 2015

Inspiración fallida, por Rosario Allpas (Perú)


  Ayer tuve un impulso tremendo de escribir. De escribir como antes, con papel y lápiz. Me senté cómoda y compuse un microrrelato -como lo exige el taller- quise enviarlo; pero, no me atreví. Mañana -pensé.


     Hoy vinieron mis nietas, anduvieron jugando por toda la casa y al final se entretuvieron en el lavabo del baño. Las ví divertirse con algunos juguetes. ¡Cómo les encantaba jugar con el agua! Era su pasatiempo preferido. Siempre me sucede lo mismo con ellas, al comienzo, es muy agradable atenderlas, pero luego... <<Felizmente, las recogieron cuando ya no soportaba tenerlas>>.



     Por la noche, voy al encuentro de mis hojas, pero es inútil, ¡no están! Las busco y no las puedo encontrar. Estoy al borde de la desesperación. ¿Deberé escribir de nuevo el microrrelato? Empiezo a componer la historia perdida, pero no… no me gusta, arranco una hoja y luego otra, las arrugo. No hay inspiración.



      ¿Dónde estará mi primigenio relato? De pronto, me asalta una idea terrible:


      ¡¡¡Los barquitos de papel!!!



Rosario Alpas



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