miércoles, 25 de enero de 2017

LOS FANTASMAS DE LA PISTA DE BAILE, por David Espinosa (México)


Bailamos, sólo bailamos.
El ritmo que marcan las notas del piano me hace sentir la cadencia suave, el movimiento de tus pies.
Me limito a contemplar tu cara, quisiera adivinar tus pensamientos a través del azul de tus ojos.
El tiempo se ha detenido, seguimos bailando,
no hay palabras, no hay prisa.
Quince años sin vernos y no he olvidado tu cabello rubio.
Somos fantasmas (no conozco tu nombre ) que han salido de la música que borra una historiaque ya estaba escrita.
Flotamos en la pista de baile, sólo nosotros bailamos, el lugar está vacío, la luz es tenue, pero me deja ver tu vestido amarillo.
Sonríes, pones tus manos en mis hombros y me acercas a tu cuerpo fantasmal, siento la música al recorrer el mármol blanco del piso, dos seres que se perdieron, no se olvidaron, y ahora bailan, vibran al reconocerse, se extasian porque se han encontrado tras vagar quince años.
Quiero pensar y no puedo
     ---- los fantasmas no lo hacen. ----
Recorremos la pista,nuestros pasos no se escuchan,
--------  flotamos. ------
Quiero preguntarte tantas cosas y no existen las palabras...
rodeas mi cuello con tus brazos ....  ----- te siento. ---, estoy feliz,
los candiles suspendidos en el techo reflejan dos siluetas en sus cristales ,  ---  el ritmo aumenta ---, la pista es nuestra, sólo nuestra, escuchamos violines, es un vals? No lo sé, sólo sé que estoy contigo, los dedos de tus manos se entrelazan con los míos.
Quince años que han pasado y han escrito una historia sin palabras, sólo narrada por la música, en una pista de baile, donde siempre deseé encontrarte.
Afuera el viento es frío, el murmullo de las hojas secas en los árboles se mezcla con la música... flotemos, deslicémonos por la pista, abrazándonos, riendo , mirándonos.

---- no se tu nombre-----

Los fantasmas bailan.

Acercó mi mejilla a tu cara  ----los fantasmas se materializan ------....lloré después de quince años, mis lágrimas recorren tu cara, resbalan hacia tu cuello, lloras también....

Dejo de tocar el piano... los fantasmas desaparecen… la pista está vacía...

lunes, 9 de enero de 2017

Crónica de la primera reunión del 2017, por Nancy Bonsembiante.

La primera reunión de este año nos encontró muy alegres y relajados. Todos llegamos deseándonos feliz año  y regalando abrazos y uno o dos besos en las mejillas. El ambiente, como es habitual, era de fiesta y celebración por la satisfacción de saber que compartiremos una año más juntos. Cuando la campanita inquisidora de Marta sonó todos nos preparamos para escuchar y degustar no solo la comida que siempre compartimos, sino también la lectura de los textos más originales y eclécticos de todo Houston. Porque la premisa de que tiene que ser un escrito propio siempre nos augura sorpresas, como la de anoche donde contamos con la participación de numerosos escritores. Tuvimos también la enorme alegría de recibir de vuelta en nuestra primera tertulia del año a la inigualable Macuca, quien trajo consigo visitas inesperadas. Sol, su sobrina, nos cautivó con un poema propio que dedicó a su tía Macuca, el cual recitó con ese acento tan peculiar y pegadizo de los originarios de la provincia de Salta en la República Argentina.
Luego pasó al frente Roberto con su cuento “Einstein y las empanadas”. Su historia en la que un humilde albañil y un doctor en física de la Universidad de Buenos Aires se sumergen en  diálogos filosóficos sobre el universo y la existencia de Dios, nos sorprendió por lo elucubrado de la discusión y la simpleza del desenlace en la que todos los amigos deciden seguir a su querido amigo albañil, que aunque no muy docto, sabía exponer muy bien sus razones sobre la existencia humana. Luego Lourdes se preparó con su tablet para compartir con todos dos poemas de gran valor artístico, uno de los cuales nos impresionó por su certera descripción del amor en los años plateados, su título: “Cuando seamos viejos”.
Alfredo de México, pasó al frente con sus canciones, que muy bien podrían describirse como poemas, y entre canto e imaginaria música, nos deleitó especialmente con su escrito, “He visto a la tierra llorar”.
Más Adelante David de México, pasó al frente con su sencillez acostumbrada y con hojas ajadas escritas a lápiz y arrancadas al descuido de su libreta, nos sedujo con un diálogo introspectivo donde las sombras insisten con invadir su existencia pero su conciencia poderosa no lo permite.
Después Nancy Bonsembiante leyó su cuento, “Molinos de viento” en el cual vislumbró la posibilidad de adentrarse en la piel de un hombre para describir su desilusión frente al amor. Luego le llegó el turno a Stella quien nos presentó el comienzo de una historia en un antiguo bar donde personajes desalineados por el tiempo, la melancolía y el desencanto intentan encontrar nocturnas y esporádicas compañías. Posteriormente, Elizabeth acalló hasta los susurros rebeldes de los que se negaban a recomenzar la sesión de lecturas, cuando en su primer verso lanzó la sugestiva frase: “Amanecí desnuda”. Sin embargo descubrimos con el correr de los versos que su desnudez no era por falta de ropa sino por escasez de credibilidad en una Latinoamérica más justa.
Seguidamente, llegó Luis con su cuento “sin título” que nos fascinó por desarrollar una historia de escritores novatos, reuniones literarias y un desenlace inesperado donde el plagio oscurece la admiración por el más talentoso de ellos.
Lucien Martins se distinguió con la lectura de uno de los capítulos de su novela, “El gato sin cola y la leyenda de la maga encantada”. Sorprendió a la audiencia por lo quimérico de sus personajes y la creatividad en la descripción de ambientes fantásticos y míticos a la vez. Luego llegó William de Venezuela con dos poemas sobre el paso del tiempo y la imposibilidad de detenerlo. El “loco” de Colombia, como le gusta hacerse llamar, causó la admiración del público al contar una historia en la que el sonido de la letra “f” dominaba la narración y la agonía de un personaje que se creyó capaz de vencer a la justicia.
Ya en la última ronda de lectura Whigman  nos hizo reír y estremecer con las aventuras de un hombre invisible tratando de comprender los sin razón de una Cuba sumida en la más disparatada y demencial pobreza del período especial durante la década de los noventa. También Marta participó esta vez, pero no con una canción de su autoría, sino con un cuento en donde el tango, San Telmo, las palomas y el humor se alinean para desatar la más honesta y chispeante de las risas.
Luis Xalín asombró con la lectura de su primer cuento en Cronopios, donde la tradición mágico-religiosa de “la quema del diablo” se mezcla con la tragedia de una Guatemala repleta de folklore lingüístico y costumbres indígenas. Casi al final de la reunión una Pepa sin voz pero con representante para leer, la querida Amira, nos deleitó nuevamente con un poema de su autoría. Y Gilo cerró la última sesión de lecturas con un cuento sobre la experiencia de encontrarse ya en el ataúd y sin salida, haciendo alusión a la antigua práctica mexicana de atar un campanita al pie del difunto en caso de que resucite.

miércoles, 4 de enero de 2017

Panegírico, por Luis Xalin (Guatemala)


En la flor de tu numen aterriza
la libélula triste sin primores,
las metáforas grises sin sabores
que opacan el sol de tu sonrisa...

Tu cantar sin igual es un torrente,
una lluvia de símiles en prosa;
sentimientos femíneos que la mente

Idealiza a través del corazón
sin la ley de la métrica preciosa:
!Es así tu sin par inspiración!