lunes, 15 de junio de 2020

20/20 Por Mayra Sorondo (Puerto Rico)


Yo siempre he escuchado o los oftalmólogos decir que 20/20 es la visión normal, pero no fue hasta hoy que supe a qué se referían. Entonces a una persona a quien le hacen una prueba de sus ojos y tiene 20/20, significa que le es posible leer letras a 20 pies de distancia.
Y yo me pregunto: ¿Por qué el año dos mil veinte, no ha logrado ese 20/20 desde que llegó?
Es que el 20/20 llegó fallido desde su primeros pasos: sus infortunios empezaron sacudiendo a mi bella Isla Borinquén; que si los murciélagos o los laboratorios de La China transmiten un virus tan potente convertido en pandemia, que se ha requerido del encierro; de cerrar las fronteras y las economías mundiales para evitar su propagación, que hay que salir con mascarilla puesta, que tantos muertos, ¡que cuando un amigo se va!
20/20 sufre de una miopía aguda, de una doble visión con doble vara para atacar como siempre a los más vulnerables, a quienes llaman minorías siendo la mayoría, a los prietos, a los negros, a los hispanos, a los asiáticos, a los que hablamos con acento, a los pobres que llegaron ahí por la mala distribución de los recursos y de las riquezas. ¡No puedo respirar, no puedo respirar! El 20/20 sufre de una oscuridad política, socio económico y racial de proporciones gigantes. ¡No puedo respirar, no puedo respirar!
Al 20/20 le antecede un año de muchos movimientos feministas como Me Too y el Violador eres tú que me llevaron a pensar por un momento que la impunidad había salido del closet y por lo tanto, todo tipo de abuso llegaría a la más alta disminución y con cierta ingenuidad, pensé que desaparecerían.
Pero me equivoqué, solo bastaron 8 minutos y 46 segundos para que un policía blanco con las manos dentro de los bolsillos cual Pedro Navaja, degollara con su rodilla a un hombre negro mientras éste gritaba, no puedo respirar, mamá no puedo respirar.
Me hago un llamado a mí misma y me pregunto ¿cuán racista puedo ser, si alguna vez he negado mi mestizaje de tres razas: taína, española y africana? A mi abuela negra no le aceptaron al novio negro porque era negro, como si los bembes grandes y la nariz abundante de mi abuela no la hicieron negra.
Para terminar incluyo un fragmento del poema: Me gritaron negra de la autora Victoria Santa Cruz
Tenía siete años apenas, apenas siete años – ¡que siete años! ¡No llegaba ni a 5 siquiera! de pronto unas voces en la calle me gritaban ¡negra, negra, negra, negra, negra! ¿Soy acaso negra me dije?, sí, ¿Qué cosa es ser negra? ¡Negra! Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía. ¡Negra! Y me sentí negra como ellos decían y retrocedí y odie mis cabellos y mis labios gruesos y miré apenada mi carne tostada y retrocedí y pasaba el tiempo y siempre amargada, seguía llevando a mi espalda mi pesada carga, ¡y cómo pesaba!, me alacié el cabello, me polveé la cara, entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra ¡negra, negra, negra, hasta que llegó ese día que no retrocedí, y avanzo segura y al fin comprendí “negra soy” .

No hay comentarios:

Publicar un comentario