sábado, 1 de julio de 2017

La fragilidad de la realidad en El Vampiro del Río Grande de Roberto De La Torre. William Guaregua (Venezuela)



El primer vampiro de mi memoria literaria y cinematográfica, el Conde Drácula, era de Transilvania, Rumania; de las sombrías y tétricas noches de los países del este de Europa. Pero el vampiro de Roberto De La Torre es de Irlanda, tierra de gnomos y de fantasmas más provenientes de vapores etílicos, reside en Nueva York y se llega hasta el Río Grande a buscar la cura al embrujo santero-caribeño que lo convirtió en la miserable bestia nocturna, pero a la vez le otorgó el poder mágico de hacerse invisible cuando tocaba en su guitarra eléctrica, ante el público, temas de Carlos Santana.

Así comienza este libro de relatos mágicos, fantásticos y alguno que otro que coquetea con el horror, titulado El Vampiro del Río Grande. Con un lenguaje directo, casi como de las voces de los ancianos de pueblos, delos cuales escuchamos historias de fantasmas y aparecidos, Roberto De La Torre nos sumerge en un universo que ya de por si, a la simple vista del desértico paisaje, de los pueblos congelados en la historia y de los diarios y violentos aconteceres, reta a la misma realidad.

En una tierra donde los vampiros reales, como los capos del narcotráfico y sus manadas de lobos sedientos de dinero y sangre, coyotes para quienes la vida de los emigrantes vale tanto como el precio que puedan pagar por el peligroso viaje, impredecibles contrabandistas, cazadores de caminantes de los desiertos, la muerte, la huesuda figura vestida de harapos, es el diario personaje que a sus lados camina y va dejando historias, fábulas y leyendas que alimentan esta literatura escrita a ambos lados de una frontera cada vez más visible y amurallada, diluyendo la transparencia de la que nos hablaba Carlos Fuentes en sus escritos.      

Centenarios curanderos, ambivalentes brujos, aparecidos que cruzan las líneas entre el sueño y la vigilia para resolver o afectar la vida de los protagonistas, son los elementos comunes de estos relatos que nos atrapan en el misterio y nos convidan a llegar al desenlace.

El Vampiro del Río Grande es un libro donde la realidad es esa delgada capa que cubre los pueblos y ciudades al borde del río fronterizo y que a diario se rompe para dar cabida a una nueva historia.


El Vampiro del Río Grande. Roberto de la Torre. Lago Ediciones, 2008.

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