jueves, 4 de febrero de 2016

Te doy la espalda, por Fernanda Luque de Argentina

           Ya nada me afecta, tu hombre infiel capaz de pelarme la piel con tu lengua, 

capaz de hacerme hablar en un dialecto que ni yo reconozco. Por un instante soy dueña de ti, soy remanso que cubrió tu hombría, bestia que expeles a sudor, sudor
dulce que me aferra cada vez más a tu cuerpo, cuerpo que amo, ser que aborrezco. Pero hoy tu lengua se transformó en baba espesa, y la tibieza de tu respiración me empaño la piel, me reconocí hablando en una lengua terrenal y por un instante me convertí en señora de mis actos, y tu cuerpo fue de un aroma dulzón, miel derramada sobre azúcar. 

Te di la espalda, gritaste mi nombre o creí que lo hacías y fui recorriendo las prendas de mis rendiciones, y en cada prenda levantaba una nueva esperanza. Seguías gritando o creí que lo hacías, porque la única que me daba la cara era la luna de plata, testigo silenciosa, madre abnegada sin juicio ni prejuicio Ella igual me amaba. 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario