Martazos
Marta María Ramírez
Martamar77
MM77
Pidan, que a veces se cumple
Por primera vez en mi vida un policía me pidió el carné de identidad.
Había resistido casi 3 décadas de locuras callejeras, protestas pacifistas,
indisciplinas serias, madrugadas en estaciones como la 5ta., Zapata, Dragones…
de vivir con Jorge, al que le pedían su identificación cada 2 pasos por su pelo
larguísimo, su facha “rarita” y su irreverencia con todo. Nunca me habían
notado. No estoy –no estaba, hasta hace 2 noches– en la lista de prejuicios de
la policía cubana. Les cuento bien: Tengo un amigo rubio 12 años menor que yo.
Es de La Habana Vieja, así que sufre –a veces privilegiadamente– el ser un
gringo en su propia calle. Yo (me conocen bien), una blanquita del país (como me
dicen cuando descubren que de extranjera nada), sufro otro poco por no cumplir
con la supuesta norma de cubanía homogeneizante, y hasta he sido invitada a
regresar a mi supuesto país, já. Pues, cubanísimxs ambxs, hicimos un alto en un
banco del Prado y allí apareció el agente. Me pidió mis documentos prejuiciada
y amablemente (sí, así de raro se enmascaran los prejuicios). Le pregunté 3
veces por qué, y al final me dijo apenado que le parecí una cubana jineteando a
un extranjero. Creyó que me prostituía y él era mi cliente. Llevo días pensando
qué escribir. Creo que tiene que ver con la libertad de sentarme donde se me
cante, de hacer con mi cuerpa lo que ella desee, de ser libre. Libre de
policías con todo el poder, libre de clasificaciones entre nacionala y
extranjera, entre puta y beata… Eso pido para todxs nosotrxs en 2016:
libertad!!!! Todxs incluye al policía que interrumpió mi vida en el Prado de
una ciudad que languidece… Pidan, que a veces se
cumple…
Creo que 6 de enero de 2016, segura del
invierno cubano y la soledad de las calles.
Acoso
Salí ayer a las 10 p.m. Los motivos no son
importantes porque no somos los machistas operadores del derecho, que asumen
que a esa hora las mujeres no pueden salir solas de sus casas. Un hombre joven,
blanco y con otros supuestos buenos atributos, acosaba a 3 mujeres en una
céntrica avenida habanera. Decidí seguir y lo lamento. No tengo justificación
para mi falta de sororidad. Quizás por el karma y seguro porque caminaba sola,
el joven decidió acosarme. Me siguió varias cuadras, mientras intentaba
intimidarme con palabras violentas. Lo enfrenté verbalmente. Incluso le
expliqué las razones de su mal comportamiento. Me dijo: tú no eres valiente na´
y siguió acosándome. ¿Tuve miedo? Sí. Pero lo enfrento día a día desde que nací
mujer en un mundo de mierda, y salgo a la hora que me venga en ganas y decido
sobre mi cuerpa y me hago cargo de mi libertad. Exijo a las autoridades 1
barrio, 1 ciudad, 1 país, 1 mundo seguro para mujeres. La calle es de todxs y
debemos caminar sin miedos por haber nacido mujeres (No se trata de poner
cámaras que anulan libertades, ni luces blancas que detesto).
3 de junio de 2016
#TodosSomosOrlando
Son cubanos. No los conocí. Tenían 21 y 24 años de edad cuando fueron
víctimas de tanto odio. La vida por vivir, diría mi abuela María y empiezo a
decir yo, en mis 40´s. Los imagino marchándose de Cuba por cuestiones
económicas, que ya conocemos; también para vivir sus sexualidades con las
garantías otorgadas por legislaciones supuestamente justas –leyes tardías en
gringolandia y retrasadísimas en esta isla y gran parte del universo–. Los
imagino bailando y riendo y amando y creyéndose, al fin, libres. Pero siempre
queda el odio. Y esa es la eterna batalla, la del odio contra el amor. Ayer
hice silencio en Fb sobre la Masacre de Orlando, aunque pié. Nunca minimizaría
un asesinato, pero pienso que hay un odio más universal, más constante, más
invisible, que no solo atribuyo al Estado Islámico, sino a familias, parejas,
personas de cualquier clase social, color de piel, género… Un odio que mata
cada día a un número oculto de nuestras amigxs, a un número que me duele tanto
como las víctimas, cubanas o no, de este atentado. Mi solidaridad con todxs
nosotrxs. Mi fuerza que, a veces, flaquea. Vuelen libres, muchachos, libres de
tanta barbarie. Y que sea cierto, Jorge García, que la última palabra la tendrá
el amor. Quiero creerte siempre, aun cuando me canso.
14 de junio de 2016
https://martazos.tumblr.com
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